Estaba en la oficina cuando supe de la noticia, lo había
soñado una sola vez aunque despierto había llegado casi a las lágrimas muchas
veces con la idea, hace mucho no lo pensaba y lo creía improbable aunque el
encabezado de la noticia me impactó “Iron Maiden confirma concierto en El
Salvador”, fue difícil no levantarse del asiento como quien ve una jugada
espectacular que casi termina en gol y uno se lleva las manos a la cabeza; a mí
no me gusta el fútbol lo confieso pero mis compañeros de trabajo (que adoran
dicho deporte) no saben a ciencia cierta quién es Iron Maiden. Rodeado por
adoradores de Chayanne, bachata reaggetón y más fue difícil celebrar este
esperado “triunfo”.
Para una generación de pos-guerra que usó “yinas” balco y que en su mayoría vivió en
familias disfuncionales o monoparentales fue difícil encontrar un grupo al cual
asirse que saciara la “need to belong”, algunos optaron (quizá al no tener
otras opciones) por engordar las filas de pequeños grupos delictivos que hoy
llenan las páginas de noticias de asesinatos, otros que corrimos con mejor
suerte logramos superar el Numetal y fumar cigarrillos en el parque más cercano
usando camisas de color negro con el obvio estampado de Eddie mientras nos
quejábamos de la vida de adolescente que llevábamos.
Vivir la adolescencia seguro dejó más que buenas
experiencias, de hecho yo conocí a algunos de mis mejores amigos en conciertos
tributo a Iron Maiden, las pláticas giraban alrededor de traducciones de sus
letras hechas a mano copiadas de la computadora de algún primo que tenía el
recurso a la mano.
A medida avanzaba en edad me iba y regresaba a las manos de
la doncella de hierro, fui alguna vez un rockero ortodoxo pero conforme fui
creciendo me encontré incluso con Sabina, Serrat y Fito Páez, pese a ello nunca
logré tirar la camisa negra con letras rojas y margen blanco que decía “Iron
Maiden” y en cuyo estampado se encontraba al Eddie del virtual once que dicho
sea de paso nunca fue mi favorito pero era la única camisa que quedaba en
aquella tienda llamada “Giros rock” en la que además pasé muchas tardes
moviendo de un stand a otro discos que nunca compré.
Sabía que si no la compraba ese día me gastaría los valiosos
$20 que acaban de ingresar a la circulación monetaria del país y, que con
esmero había ahorrado todo el mes.
Superado el
estricto negro, recortado la melena y leídos ya varios libros me reencontré en
esas vueltas con “Hellowed by thy name” leyendo a Camus, aquella frase “As the guards
march me out from a courtyard somebody says from a cell <<god be with
you>> if there is a god why has he let me go?” Parecían haber sido sacadas del libro
“El Extranjero” el nihilismo de aquella frase contrastó con aquella corriente
de pensamiento que empezaba a descubrir. Mi sorpresa fue tal que sin darme
cuenta había pasado por alto detalles significativos y ricos en historia,
cultura popular y cine como el mítico discurso de Winston Churchill al inicio
de “Aces High”, “The lord of the flies” basada en la novela de William Golding
, “The rime of an ancient mariner” basada en un poema de Samuel Taylor
Coleridge, “Where eagles dare” basada en una película de Clint Eastwod del
mismo nombre, el álbum “Brave new world” basado en el libro de Aldous Huxley, y
así incontables referencias que aún se pueden descubrir en cada uno de sus
álbumes.
Pero lo más destacado de Iron
Maiden no es todo lo antes citado sino su rebeldía, aquella en la que por
juventud no sabés conceptualizar solo vivir, por eso Maiden debe ser conocido
en la juventud teniendo el sabor de una cerveza y aún más disfrutado en la
madurez como aquellos famosos vinos que no he probado y dicen que mejoran con
el tiempo.
Una generación que vivió el ocaso del Cassette, regrabando
conciertos emitidos por la única radio de rock que existió a nivel nacional nos
hace asegurar que el encuentro con la banda soñada de la juventud significa
también cerrar un capítulo en la historia musical, nacional y personal del
país. Aún más para la juventud de pos guerra de los 90´s que logró salir a la
calle en tiempos en los que ya no se reprimía a la juventud por ser “peludo”
tiempos que hoy día estamos dejando atrás.
**Artículo originalmente escrito en 2015, previo al concierto de Iron Maiden en El Salvador efectuado el seis de Marzo de 2016**
Remberto Ramírez. San Salvador, 13 de enero de 1987. Promotor
de Derechos Humanos, de la Niñez y Juventud. Egresado de Licenciatura en Letras por la Universidad
De El Salvador.
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